miércoles, 27 de octubre de 2010

La fascinante aparición de un móvil en una película de Chaplin

¿Tenía Chaplin una máquina del tiempo? ¿Había algún visionario en el equipo de producción de esta película? Estas mismas preguntas se debe estar haciendo el director de cine irlandés George Clarke que recientemente ha descubierto en la película de Charles Chaplin The Circus de 1928, donde se retrata una sociedad futurista, cómo una señora pasea por la escena hablando por un teléfono móvil. O al menos eso es lo que parece. 

  No hace falta decir que en 1928 aún no existía ni siquiera la idea de crear estos dispositivos que hoy forman parte imprescindible de nuestra vida cotidiana. Por eso, los más escépticos se inclinan por otras hipótesis tales como creer que la mujer en realidad sólo está tapando la luz del sol con su mano o que simplemente se regula el "sonotone" (este artilugio sí que existía ya en los años veinte). 

  Sin embargo las imágenes muestran una acción tan clara que es difícil decantarse por otras suposiciones; la forma de coger el aparato, el tamaño del objeto que sostiene y la actitud que muestra son claramente reconocibles. Pero, ¿se trata de verdad de una previsión de las tecnologías del futuro o es que nuestra percepción, condicionada por la realidad que vivimos, nos engaña?

  Aquí les dejo el vídeo en el que aparece el fragmento de la película y las elucubraciones de George Clarke para que salgan de dudas ¡y de paso escríban algún comentario con sus deducciones!


4 comentarios:

  1. Tiene gracia lo del móvil. Cualquiera se deshace ahora de estos cacharros.

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  2. Muy curioso el video. Espero nuevas entradas. Un saludo.

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  3. Este Chaplin... A lo mejor era un visionario, como Julio Verne, que predijo con gran exactitud en sus relatos fantásticos la aparición de algunos de los productos generados por el avance tecnológico del siglo XX. No obstante, yo me decanto más por la idea de que estamos tan obsesionados con las nuevas tecnologías que las vemos por todas partes, inclusive donde es improbable que estén. De todos modos, yo ya no me sorprendería de nada.

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  4. Dios santo. Lo de Julio Verne lo pensé, pero también coincido con el tal Alejandro en que esto guarda cierta similitud con el test de Rorschach, uno ve lo que ya sabe.

    Buen blog, sí señor jojo

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